lunes, 7 de julio de 2008

Madrid Orgullo 2008, segunda parte

¡Vaya fin de semana! Empezó el viernes a las ocho de la tarde en la plaza de Chueca con mi cámara nueva, carrete en blanco y negro y pim pam pim pam, cuarenta fotos en hora y media. La gente colabora muchísimo, hay un ambiente de fiesta y buen rollo que ojalá durara todo el año. Estuvimos mi Niña y yo hasta las tres, cuando paró la música. Una música por cierto espectacular, electrónica fina fina y elegante. Y nosotros bailando bailando...
El sábado nos levantamos a las mil, comimos, duchita y a la manifestación. Quedamos con amigos que hacía mucho que no veíamos, lo cual es doble motivo de alegría. Cerveza para arriba cerveza para abajo, colorido, música electrónica fina fina... Bailoteos, buen rollo... Las carrozas vistosas como siempre, la gente con trajes muy currados y sobre todo desprendiendo alegría, mucho buen humor. Nos quedamos con la imagen de una pareja de sexagenarios, uno de ellos sin camiseta, con una diversión increíble y una sonrisa en la cara de oreja a oreja que daba gusto verla... ¡Quién les iba a decir a ellos que alguna vez verían esto en Madrid! Y además se pueden casar si quieren...
Tras el paso del SELUR siempre tan eficiente, cenamos en un bar de la calle de la Reina, que resultó ser una peña rayista. El padre del dueño, que ya tenía una edad, fue presidente del Rayo en blanco y negro. Surrealista. Y un camarero cuarentón renegado por tener que trabajar tanto. Nos pusimos a soplar unos silbatos que repartían en las carrozas, cantamos ¡campeones campeones! un poquito y otros dos minis de cerveza. Un bocata del peor jamón serrano que he comido en mucho tiempo y a bailar a Vázquez de Mella. Espectáculo en la fachada del hotel Óscar muy vistoso, una pareja sujeta con cuerdas bailando en el aire y la fachada. Bonito. Mil cervezas más ya estábamos en la fase dos, exaltación de la amistad. Vacile con todo el mundo, bromas por doquier, hormonas en el aire...Hasta que un amigo que se llevó la cámara de fotos la sacó de la funda y ya empezamos el espectáculo de los piquitos, todos y todas con todos y todas. Se me ocurrió sacar un pintalabios de mi Niña que llevaba en el bolsillo, medí mal, la verdad. En un periquete todos y todas con los labios pintados, incluso alguno con los ojos y las mejillas. Por cierto, qué mal sabe el pintalabios en boca propia. Más baile, algunos flirteando con jovencitos bakalas, baile, piquitos... Amistad, buen rollo, diversión... Acabó la música y nos fuimos a por un bocata de chistorra, qué rico, hacía tiempo que no lo comía. Ya a eso de las cuatro y media larga nos fuimos, las piernas destrozadas, dolor de garganta del tabaco y la cerveza... Ni que decir tiene que ayer nos volvimos a levantar a las mil, hicimos un poco la fotosíntesis en el sofá y salimos un poquito a tomar un café con hielo... y un vasito de agua si me hace el favor, más necesaria que nunca.
Otro Orgullo más, cada vez más concurrido... y yo dando gracias que es una vez al año...

1 comentario:

Joven Eriza dijo...

Jajajaja ;) (suertudos!)