viernes, 29 de agosto de 2008

Eine "Berliner" bitte


Gran frase, muy utilizada en Berlín. Por un euro y medio te podías llevar una cerveza de medio litro en botella. Y dar un paseo por una ciudad muy cómoda, amplia, bien cuidada, porque allí sí puedes beber en la calle, y no se nota en absoluto, poquísimas botellas en el suelo para la cantidad de gente que las consume. Eso sí, cuidado con las bicis, yo iba caminando por el carril bici todo el rato, sin darme cuenta, claro, la falta de costumbre.
Llegamos mi Niña y yo a las once de la mañana al hotel, dejamos los trastos, cogimos un mapa y a pasear, a pesar de llevar levantados desde las cuatro de la mañana. Una toma de contacto que se convirtió en recorrer media ciudad. Karl Marx Alle, amplia, austera, con edificios idénticos unos a otros, simétricos... el racionalismo arquitectónico soviético decían por ahí. Llegamos a Alexander Platz, con la torre de la televisión, engañosa como pocas. Se ve desde toda la ciudad así que no pienses que está cerca. Comimos, yo me metí entre pecho y espalda tres currywurst y a seguir. Puerta de Brandemburgo, que pensé que era más alta y majestuosa, paseo por el Tiergarten y llegamos al SiëgeSaulle (creo que se escribía así, lo aprendí casi el último día) que lo llamábamos la columna con la estatua de oro. Impresionante. Muy muy bonita. Se puede subir arriba por dos euros y medio cada uno. Y subimos por una escalera de caracol asfixiante, el deporte no es lo mío. Una vista decente de la ciudad y para abajo. Hay unos mosaicos preciosos de batalas, con dorados, muy del gusto berlinés. Agotados, ya por la tarde nos fuimos al hotel, a cenar algo y a dormir. La primera impresión fue muy muy muy buena. Ah, por cierto, la frase significa una Berliner, que es una cerveza que me gustó bastante, por favor.

martes, 26 de agosto de 2008

Lo bueno si breve...

No es dos veces bueno. Igual que las cosas buenas llegan, también pasan...y a qué velocidad. Ya ha pasado un mes y no me puedo creer que ya esté trabajando, con menos ganas que nunca. Esperar otro año para poder hacer lo que me guste, tranquilo, viajar más de dos días... Pero bueno, esto es así y ahora toca aprovechar el buen tiempo que nos queda, en un Madrid que tengo abandonado desde hace casi un mes... sin ningún remordimiento. Por suerte han sido unas vacaciones increíbles, en la playa tranquilo al sol y bañándome en el mar, jugando a la petanca (¡qué adicción, Dios mío!) y ganado el torneo de verano entre mi Niña y yo (¡campeón, campeón!), con mi Niña tan guapa bronceadita, con unas cervecitas y la guitarra por la noche en la playa , haciendo fotos al amanecer (es lo bueno de Levante, que el sol sale del mar)... Fenomenal. Y luego el ansiado viaje a Berlín... impresionante ciudad, os contaré poco a poco que hay mucho que contar... En fin, que ya he vuelto (por desgracia para todos, incluyéndome a mí) ... qué se le va a hacer...