miércoles, 13 de mayo de 2009

Por fin un paso más

Leo con júbilo que la píldora del día después se va a vender libremente en España. Y digo con júbilo porque ya está bien que los fines de semana, que es cuando más demanda hay, porque es cuando más actos sexuales con penetración se producen, es precisamente cuando más difícil es conseguirla. En la avanzada y liberal Comunidad de Madrid tienes que ir hasta la población de Alcalá de Henares. Piensa por un momento que te pasa a ti, que se te rompe el preservativo a las dos de la mañana del sábado, que tienes veinte años y treinta euros en el bolsillo, con suerte. Y con esa misma suerte hasta el lunes no la podrás conseguir, a no ser que te lleves bien con alguien y te acerque en coche, a las dos de la mañana, conduciendo en ocasiones más de una hora. Y el lunes ya la eficacia es menor. Tienes que tener más de dieciseis años, mayor de edad penal, para poder pedirla. Ahora falta que las farmacias de guardia no lo consideren urgencia, u objeten concienzudamente. Yo tengo mis valores, pero en un servicio público prevalece precisamente eso, el servicio al público y a la ley. ¿Que eres padre o madre y no te gustaría que tu hija la tomara sin comentártelo? No culpes al Estado por dar libertad, piensa en la relación que tienes con tu hija para que no tenga confianza contigo para contártelo. ¿Qué debería ser un médico quien la prescribiera? Totalmente de acuerdo, con consejos médicos y de salud sexual añadidos, que te fueras con la píldora y un folleto sobre enfermedades de transmisión sexual, sobre el SIDA y sobre el uso del preservativo. Pero ante las trabas de la Administración Autonómica de la Comunidad de Madrid, y desconozco si alguna más, el Estado debe garantizar el acceso de todos los ciudadanos a un medicamento esencial para la OMS y tomar medidas, drásticas si lo quieres llamar así que a mí no me lo parece, pero beneficiosas para el ciudadano. No hay que tener miedo a la libertad, sólo hay que ser responsable.

domingo, 3 de mayo de 2009

Idea estúpida de domingo

¿Y si por ley fuera legal descargar por internet películas y música al año de su estreno o publicación ? El productor y distribuidor tiene un tiempo para explotar su producto y pasado ese periodo todo el mundo tendría acceso gratuito y universal a la cultura... ¿Todos contentos?