jueves, 4 de septiembre de 2008

Tacheles











Me habían hablado muy bien de ella. Es una casa ocupa en Oranienburgerstrasse de cinco pisos que cuenta con bares donde se come bastante bien, uno el Café Zapata. Ante una carta en alemán la camarera se puso a doblar el codo y meter las manos bajo las axilas para indicarnos que era pollo y a ponerse sendos dedos índice en la cabeza para decirnos que lo otro era ternera. Qué maja la chica. Y el cocinero italiano que sale a preguntarnos si nos ha gustado. Yo tenía el plato limpio, mojé pan en la salsa, y le contesto muy serio que no. El pobre se queda rígido... aguanté dos segundos la sonrisa y le indiqué el plato... respiró y nos señaló en el plano un montón de sitios que le preguntamos, mientras tenía otros platos en el fuego. Educación extrema. Pero lo que mola de la Tacheles es el colorido. Son cinco pisos de escaleras y estancias sin nigún centímetro cuadrado sin pintar. No os exagero, hay graffiti hasta en los peldaños. Ni un sólo hueco. Durante los fines de semana hay un bar en la tercera planta con neones rojos (en Berlín hay gran gusto por el neón), mobiliario decadente y música electrónica minimal muy buena. Las cervezas a dos y medio, un tercio de Beck´s. Tres euros entrar, para mantener todo el tinglado. En esa tercera planta hay talleres de pintores y exposiciones de artistas que venden allí la obra, sin intermediarios. Del artista al comprador. Obras muy buenas, claro que a mí el arte abstracto urbano me priva. En ARCO, la feria de arte contemporáneo de Madrid, he visto cosas infinitamente peores. Mi Niña se vino arriba y quería pintar un dibujo (pinta muy bien, nunca lo he dicho) y preguntamos a un pintor cuarentón tardío, ojos claros tras unas gafas redondas al estilo John Lennon, pelo rubio rizadísimo largo en forma de coleta y camisa amplia a cuadritos si se podía pintar (pregunta tonta por otra parte, ya os he dicho que no hay 1 centímetro cuadrado sin color). El tío mira extrañado, encoge los hombros y nos dice que él no es el dueño de nada y que hagamos lo que queramos. Le decimos que queríamos pintar allí, en ese trozo de pared azul y él nos mira boquiabierto y nos suelta (traducido, claro) "¿ahí? ¿por qué? si ya es azul...". Lo entendimos después... Pintada rápida y abajo, una terraza con unas cuantas barras, con arena de playa por todo el recinto. Música electrónica, una tumbona de playa y una cerveza en la mano. Chispazos a lo lejos de lo equipos de soldadura de los escultores en hierro, que estaban trabajando... Me encanta el planteamiento de este edificio-colectivo: edificio abandonado en desuso, artistas encuentran un lugar para trabajar, los artistas venden directamente, los bares y barras de bar sacan dinero para mantener el edificio y los gastos... Para mí, un diez... Merece la pena dar una vuelta por ahí si vais...

Tacheles

10 comentarios:

ynosek(+)kontarte dijo...

como dices es un sitio súper recomendable ... está genial.
encontramos también en uno de los muchos callejones un edificio que era museo-tienda-bar que estaba genial, con unas esculturas en la puerta hechas con chatarra que eran una pasada, ahora no me acuerdo .. algo ... ummm ... ahhhh ... lo miraré.

Twat Boy dijo...

Puede ser el Anna Frank Zentrum, cerca de ahí...

ynosek(+)kontarte dijo...

nouuuuu ... me ha costado .. peroooooo lo encontré ... es el callejón siguiente al Hackeschen Höfen.... el nombre no lo encuentro .. lo tengo en casa!

Twat Boy dijo...

Dímelo dímelo!!!

ynosek(+)kontarte dijo...

ahhhhhhhh, presión!!! encuentro las fotos .. pero no el "puto" papel dónde apunté el nombre ... po diosssssss

potsis dijo...

Coño, que envidia, de ver, de estar en estos lugares.

Twat Boy dijo...

Cuelga una en tu blog, así las vemos, anda... yo es que no puedo, el ordenador es una patata del trabajo y yo no tengo, la crisis, ya sabes...

Twat Boy dijo...

Hola, Potsis! Hay que viajar, que si no nos apolillamos ja ja ja!!! Un saludo toledano!!!!

marisa dijo...

me encantaria conocerlo la verdad, pero me da un poco de miedo als centralizaciones en edificios, vamos a terminar por no ver la luz del sol..no sé..

Pecosa dijo...

¡Menudo lugar! Qué bohemio todo... Sin duda resulta mil veces más atractivo y auténtico que muchos sitios más turísticos.

Me lo apunto para cuando visite Berlín.