lunes, 12 de julio de 2010

Una estrella encima del escudo

El primer mundial del que tengo algo de conciencia fue el de España 82, con el mítico y rescatado Naranjito, Citronio, Clementina, Zruspa... Y las semifinales, creo, Italia-Brasil, 4-3 para la que luego fue campeona con Paolo Rossi a la cabeza. Yo jugaba al fútbol en el barrio con una camiseta azul marino y pantalón blanco y por supuesto era Paolo Rossi. Luego en México 86 la eliminación en los penalties ante la Bélgica de Jean Marie Pfaff, después de la machada de Querétaro ante Dinamarca. Después Italia 90, con Míchel agachándose en esa falta ante Yugoslavia. Estados Unidos 94 y Tassoti y Luis Enrique y el campeonato soberbio de Caminero. Francia 98, para olvidar. Corea y Japón, culpa del árbitro. Alemania, fiasco ante Francia. Y por fin somos campeones. He soltado este rollo mundialista de sobra conocido para darme cuenta que desde pequeño he visto levantar la copa a Alemania, Brasil, Italia, Argentina y Francia, y me consolaba pensando que dentro de cuatro años sería posible, porque las fases de clasificación solían ser extraordinarias. Y por fin, algo que futbolísticamente era lo típico que si me preguntaban contestaba que mis sueños son ver al Atleti campeón de Champions (que espero verlo algún día) y a España campeona del mundo, que afortunadamente sí se ha cumplido. En el bar rodeado de amigos, abrazado a mi Niña, nos proclamamos campeones del mundo, pusimos en la camiseta una estrella encima del escudo ¡A disfrutarlo, que nos lo merecemos!

1 comentario:

Unknown dijo...

Sospecho que antes ves a España ganar otra Eurocopa a que el Atleti gane la Champions.