lunes, 8 de septiembre de 2008

Museo judío y monumento del holocausto.




El monumento del holocausto son más de 2.500 bloques rectangulares de hormigón gris que se asemejan a un enorme y triste cementerio. Tú puedes corretear entre ellos cual tumbas, en un laberinto de muerte. Y debajo está el museo, fotos, grabaciones, cartas manuscritas con nombres y apellidos de víctimas de los nazis. Llama la atención la forma de expresar la vida de estas personas, la traducción al inglés era siempre con la palabra murdered, asesinado. Asesinado por hambre, asesinado en la cámara de gas, asesinado por enfermedad. Un matiz muy interesante, aquí en España se habla de murió de hambre, y no los asesinaron por hambre, les asesinaron a base de no darles comida. Aparte del apunte léxico, emoción a flor de piel. Después fuimos al Museo judío. Las dos únicas veces, aparte del aeropuerto claro, que hemos tenido que pasar por detector de metales, estos dos museos. Y policías en la puerta. Revelador. El Museo judío más de lo mismo, que no por ello malo. Maletas, fotos, cartas... de personas con nombres y apellidos asesinados por la locura nazi. Me llamó la atención una enorme sala de hormigón, vacía, gris, con una pequeña ranura por la que entraba un hilo de luz. Una angustia terrible, silenciosa. Una cámara de gas o un vagón de tren... Y también me impresionó una instalación de un artista israelí, no recuerdo el nombre, lo siento, que consistía en una estancia llena de caras de acero, cuyos ojos y boca eran huecos, de diferentes tamaños y edades por la que podías caminar. Una enorme fosa común con un ruido metálico a medida que avanzabas... al final aparté las caritas pequeñas muy cuidadosamente con la punta del pie para no pisarlas... sugestión. Una forma de humanizar la cifra de seis millones de personas, poner caras, nombres y apellidos y sabiendo historias particulares. Emotivas cartas de madres a sus hijos diciéndoles que no los iba a ver más y que los quería. Fotos de chavales de 18 años en un día de campo detenidos y deportados a otro campo, el de concentración, al día siguiente.
Por último visitamos la Topographia des terrors, las ruinas de la sede de las SS. No queda gran cosa, lo único han colocado fotos de la época y explicaciones de los desmanes y atrocidades de los nazis.
Te queda una tristeza enorme, una visión terrible por indiscriminada. Bien podía haber sido yo en esa época por ser español, moreno y bajito, o por ser de izquierdas o por vete tú a saber. Estrellas púrpuras por las calles, voluntarios nazis haciendo guardia en la puerta de la tienda de un judío con pancartas ¿Quién entra a comprar?
Mucho sufrimiento de un pueblo... y por eso me sorprende que hoy, más de sesenta años después el gobierno de ese pueblo que fue masacrado y que consiguió un Estado, un gobierno apoyado obviamente por un sector de la población (ojo, no digo toda) asfixia, por decir algo, a los palestinos en aras de su seguridad, levanta un inmenso muro al estilo del que había en una ciudad que hoy rinde homenaje a las víctimas del nazismo. Quizá haya que esperar algunos años para que la historia se repita en Gaza, en Ramala o en Tel-Aviv, ver museos del holocausto palestino. Mientras tanto, como siempre, seguimos repitiendo la historia, no aprendemos.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Y todavía queda gente que tiene los webs de venirte a contar que todo eso no fue más que un "invento".

Se me ha puesto la piel de gallina al leer este post, no sé si esperar poder verlo algún día... o no.

Todo a Cien dijo...

es sorprendente como te has quedado con cada detalle, con cada situación. me ha gustado la descripción porque me lo iba imaginando poco a poco. tiene que ser una pasada. ciao

Anónimo dijo...

Impresionada con tu escrito y ver realidades que, a veces, paraecían ser sólo películas. Qué realidad tan impactante.

Te abrazo desde mi alma sensible!

ynosek(+)kontarte dijo...

yo recuerdo (la verdad es que solo comento para decirte lo que me pasó a mi en berlín ... :S ) .. a lo que iba, que yo recuerdo que cuando estuvimos paseando entre los bloques de cemento no me salía una palabra, que me molestaba la gente que corría, la gente que hablaba un poco más alto de la cuenta, me impactó ... es un sitio que visualmente igual no dice mucho, pero cuando te pones en el pellejo y te dedicas a pasear ... te entra un no sé qué ... que ...

Anónimo dijo...

Que sensación debe dar pasear por ahí, que horror... Que suerte tenemos y que poca cuenta nos damos. Que dañinos podemos llegar a ser...
Un saludo

Maria Rapela dijo...

hermoso texto, pero como decis no se si llegara a existir un museo del holocausto palestino, pues habia leido que el la matanza judia en alemania ha sido la mas mercadeada y promocionada, cuando en realidad no ha sido la mayor de la historia...
saludos desde berlin